La familia y la escuela, el grupo de amigos/as son los entornos fundamentales de los niños y las niñas. En estos entornos se desarrollan la mayor parte de sus interacciones afectivas y sociales y éstas dan forma a la identidad.
Las interacciones implican por lo menos a dos personas en relación. Cada una de ellas con su particular forma de ser, sus necesidades, sus intereses, sus creencias, sus emociones, sus temores.
Lo que generalmente ocurre en las interacciones a las que estamos acostumbrados/as, es que las creencias, las emociones, los temores se imponen a la realidad de los que interactúan y como resultado se produce el maltrato, entendido éste en forma general como un trato inadecuado que hace daño por lo menos a uno de los participantes. Generalmente quien maltrata, es decir quien impone sus creencias, sus temores, sus emociones, sus necesidades y niega la realidad del otro es quien por alguna razón, tiene una posición de mayor jerarquía y utiliza el poder que esa jerarquía le da de una manera inadecuada.